lunes, 27 de mayo de 2013

EDUCAR: UN RITUAL DE AMOR

EDUCAR: UN RITUAL DE AMOR

Ser padres es asumir un compromiso de amor con nuestros hijos y con nosotros mismos, es la afirmación de la vida, el comienzo de una maravillosa y desafiante aventura. Nuestros hijos son maestros; pequeños mensajeros de luz que llegaron a nuestro camino para ayudarnos a desarrollar nuestra capacidad de amar, proteger, estimular y de ser felices.

 


Esta maravillosa tarea nos presenta cada día nuevos retos y es bueno como padres reconocer que siempre existen opciones para dar solución a los imprevistos de nuestro diario vivir. Comprometámonos a descubrir caminos, a buscar ayuda y tomemos la determinación de crecer con nuestros hijos.

 
Se hace indispensable entonces como un requisito de amor infalible confiar en nuestro hijo como un colaborador eficaz de su proceso educativo. Es nuestra labor brindarle las herramientas necesarias que le permitan hacerse responsable de sus decisiones y acciones.

 
Cuando hacemos de la educación una constante de actos de amor, los niños aprenden a disfrutar de la libertad de explorar el mundo con seguridad alcanzando su potencial más alto.


La comunicación asertiva, la comprensión y los límites claros en el hogar son algunas pautas de crianza adecuadas que nos ayudaran a asegurar nuestra misión como facilitadores de sus sueños. Jamás olvidemos que no existe una mejor manera de educar que a través de nuestro ejemplo. Solucionemos siempre los conflictos de manera pacífica, no es necesario gritar ni alterase para lograr que nuestro hijo nos comprenda. A través de un clima de respeto, cordialidad y una permanente actitud de escucha podremos establecer los mensajes adecuados para su formación.

 
Como padres y educadores somos los responsables de las semillas de amor en la tierra. ¿Y TÚ QUE ESTAS SEMBRANDO EN TUS HIJOS?

 
  
Aura María Ramírez Gutiérrez.
Psicóloga

 


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Yoga/Meditación/Coaching del Ser/Reiki/Terapia Psicológica

lunes, 27 de mayo de 2013

EDUCAR: UN RITUAL DE AMOR

EDUCAR: UN RITUAL DE AMOR

Ser padres es asumir un compromiso de amor con nuestros hijos y con nosotros mismos, es la afirmación de la vida, el comienzo de una maravillosa y desafiante aventura. Nuestros hijos son maestros; pequeños mensajeros de luz que llegaron a nuestro camino para ayudarnos a desarrollar nuestra capacidad de amar, proteger, estimular y de ser felices.

 


Esta maravillosa tarea nos presenta cada día nuevos retos y es bueno como padres reconocer que siempre existen opciones para dar solución a los imprevistos de nuestro diario vivir. Comprometámonos a descubrir caminos, a buscar ayuda y tomemos la determinación de crecer con nuestros hijos.

 
Se hace indispensable entonces como un requisito de amor infalible confiar en nuestro hijo como un colaborador eficaz de su proceso educativo. Es nuestra labor brindarle las herramientas necesarias que le permitan hacerse responsable de sus decisiones y acciones.

 
Cuando hacemos de la educación una constante de actos de amor, los niños aprenden a disfrutar de la libertad de explorar el mundo con seguridad alcanzando su potencial más alto.


La comunicación asertiva, la comprensión y los límites claros en el hogar son algunas pautas de crianza adecuadas que nos ayudaran a asegurar nuestra misión como facilitadores de sus sueños. Jamás olvidemos que no existe una mejor manera de educar que a través de nuestro ejemplo. Solucionemos siempre los conflictos de manera pacífica, no es necesario gritar ni alterase para lograr que nuestro hijo nos comprenda. A través de un clima de respeto, cordialidad y una permanente actitud de escucha podremos establecer los mensajes adecuados para su formación.

 
Como padres y educadores somos los responsables de las semillas de amor en la tierra. ¿Y TÚ QUE ESTAS SEMBRANDO EN TUS HIJOS?

 
  
Aura María Ramírez Gutiérrez.
Psicóloga

 


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