Reiki. Un aliado en la lucha contra el cáncer
Publicado en D`Latinos Magazine, octubre 2011
Por María Silvestre Marco (Atmananda Devi Kaur)
Maestra Reiki Usui Shiki Ryôhô
Profesora de Yoga Integral, Naad Yoga y meditación
La
salud del Ser Humano depende de un frágil equilibrio de las diferentes
estructuras que lo conforman, es decir, del sistema físico
(musculo-esquelético, cardio-circulatorio, respiratorio, nervioso, etc.)
y el psicológico o mental. Pero también existe un sistema sutil, de
carácter energético o áurico, no orgánico, del cual las tradiciones
orientales han dado enorme importancia y estudio a la hora de entender
las causas profundas de las enfermedades así como el tratamiento de las
mismas, trabajando holística e integralmente la salud.
En el
mundo actual, la medicina ha alcanzado grandes logros que en el pasado
jamás se hubiesen podido siquiera imaginar, sobre todo en el área de la
cirugía y en la farmacología: transplantes de órganos, curación de
enfermedades que hasta hace apenas unas décadas eran mortales como el
cáncer, vacunas y erradicación de ciertas enfermedades, mejora de la
calidad de vida de los pacientes y también avances en el ámbito de la
psicología y la psiquiatría. Sin embargo, si la medicina ha alcanzado
tales logros ¿cómo es que sigue existiendo la enfermedad? Los hospitales
del mundo siguen estando llenos y se han incrementado los casos de
ciertas enfermedades que según los expertos parecen estar ligadas al
estilo de vida actual, como la depresión, las alergias y especialmente
el cáncer, que cada vez lo padecen personas más jóvenes.
La
vejez es propia de todo ser vivo, es un hecho inevitable y connatural.
No así la enfermedad. Hipócrates (c. 460 a. C.) enseñaba que la
enfermedad es un «desorden de la justeza del cosmos», pues si entendemos
que cada uno de nosotros forma parte de un Todo en equilibrio, cuando
una de las partes comienza a fallar, se desencadena una desarmonía
progresiva en el resto dando lugar a la enfermedad. ¿Pero cómo comienza a
producirse ese «desorden»? Todos los desequilibrios que se producen en
nuestro sistema físico: órganos enfermos, lesiones óseas, trastornos
mentales… tienen su reflejo directo en un desequilibrio del cuerpo sutil
energético. Por naturaleza, el ser humano está dotado de mecanismos de
defensa y de regeneración para recuperarnos de tales desequilibrios que
se producen en cuerpo y mente y volver a crear una armonía.
A lo
largo de la historia han habido grandes sanadores de cuerpo y alma como
Buda o Jesucristo. En la búsqueda por conocer los secretos de la
sanación, el japonés Mikao Usui (finales del s. XIX, principios del XX)
redescubrió la sanación energética a través de las manos, que hoy
conocemos como Reiki. Esta técnica de sanación natural no utiliza
medicinas, sino que se sirve de las manos del terapeuta que al
colocarlas sobre zonas concretas del cuerpo del paciente, canaliza la
Energía Vital Universal, de la que estamos constituidos todos los seres,
armonizando y sanando al paciente. El Reiki ayuda a sanar a nivel
físico, mental, energético y espiritual, de manera que se tratan en
profundidad las causas del desequilibrio que ha creado la enfermedad. Es
una técnica completamente inocua y es un complemento ideal junto a
otras terapias naturales y médicas, pues favorece los efectos de los
fármacos y reduce sus efectos secundarios. No son pocos los hospitales
de todo el mundo que han comenzado a aplicar esta terapia entre sus
pacientes, especialmente en las unidades ontológicas, pues los resultado
en el tratamiento contra el cáncer son notables, ya que al combinar la
quimioterapia y radio con el reiki, los efectos nocivos de tales
terapias se reducen, los pacientes elevan sus defensas, los dolores
disminuyen, se reduce en multitud de casos el tamaño de los tumores, la
recuperación es más rápida, se siente mucho más animados, serenos y
relajados.
El
Reiki, no es un sustituto de la medicina tradicional ni está en
contraposición a ella, pero la combinación de ambas supone una
transformación en la manera de sobrellevar la enfermedad en tales
pacientes, pues les reequilibrará desde el plano físico al energético a
largo, corto y medio plazo aportándoles fortaleza y conciencia sobre los
factores y formas vitales que han contribuido al desarrollo del cáncer,
y así evitar futuras reproducciones del mismo.
Pero no
debemos de olvidarnos, que está en nuestras manos buscar un estilo de
vida armónico con los ciclos de la naturaleza, disminuyendo de esa
manera nuestros niveles de estrés y proporcionándonos un pensamiento más
positivo. La mayor fuente de salud, se encuentra en la actitud
optimista que tengamos frente a la vida, por lo que a menudo, un
sencillo cambio de hábitos como realizar deporte, alimentarnos
equilibradamente, yoga, meditar y porqué no, recibir reiki o incluso
aprender esta sencilla terapia… producen en nuestra salud unos cambios
extraordinarios y favorece la sanación sin recurrir necesariamente a los
fármacos.
Reiki. Un aliado en la lucha contra el cáncer
Publicado en D`Latinos Magazine, octubre 2011
Por María Silvestre Marco (Atmananda Devi Kaur)
Maestra Reiki Usui Shiki Ryôhô
Profesora de Yoga Integral, Naad Yoga y meditación
La
salud del Ser Humano depende de un frágil equilibrio de las diferentes
estructuras que lo conforman, es decir, del sistema físico
(musculo-esquelético, cardio-circulatorio, respiratorio, nervioso, etc.)
y el psicológico o mental. Pero también existe un sistema sutil, de
carácter energético o áurico, no orgánico, del cual las tradiciones
orientales han dado enorme importancia y estudio a la hora de entender
las causas profundas de las enfermedades así como el tratamiento de las
mismas, trabajando holística e integralmente la salud.
En el
mundo actual, la medicina ha alcanzado grandes logros que en el pasado
jamás se hubiesen podido siquiera imaginar, sobre todo en el área de la
cirugía y en la farmacología: transplantes de órganos, curación de
enfermedades que hasta hace apenas unas décadas eran mortales como el
cáncer, vacunas y erradicación de ciertas enfermedades, mejora de la
calidad de vida de los pacientes y también avances en el ámbito de la
psicología y la psiquiatría. Sin embargo, si la medicina ha alcanzado
tales logros ¿cómo es que sigue existiendo la enfermedad? Los hospitales
del mundo siguen estando llenos y se han incrementado los casos de
ciertas enfermedades que según los expertos parecen estar ligadas al
estilo de vida actual, como la depresión, las alergias y especialmente
el cáncer, que cada vez lo padecen personas más jóvenes.
La
vejez es propia de todo ser vivo, es un hecho inevitable y connatural.
No así la enfermedad. Hipócrates (c. 460 a. C.) enseñaba que la
enfermedad es un «desorden de la justeza del cosmos», pues si entendemos
que cada uno de nosotros forma parte de un Todo en equilibrio, cuando
una de las partes comienza a fallar, se desencadena una desarmonía
progresiva en el resto dando lugar a la enfermedad. ¿Pero cómo comienza a
producirse ese «desorden»? Todos los desequilibrios que se producen en
nuestro sistema físico: órganos enfermos, lesiones óseas, trastornos
mentales… tienen su reflejo directo en un desequilibrio del cuerpo sutil
energético. Por naturaleza, el ser humano está dotado de mecanismos de
defensa y de regeneración para recuperarnos de tales desequilibrios que
se producen en cuerpo y mente y volver a crear una armonía.
A lo
largo de la historia han habido grandes sanadores de cuerpo y alma como
Buda o Jesucristo. En la búsqueda por conocer los secretos de la
sanación, el japonés Mikao Usui (finales del s. XIX, principios del XX)
redescubrió la sanación energética a través de las manos, que hoy
conocemos como Reiki. Esta técnica de sanación natural no utiliza
medicinas, sino que se sirve de las manos del terapeuta que al
colocarlas sobre zonas concretas del cuerpo del paciente, canaliza la
Energía Vital Universal, de la que estamos constituidos todos los seres,
armonizando y sanando al paciente. El Reiki ayuda a sanar a nivel
físico, mental, energético y espiritual, de manera que se tratan en
profundidad las causas del desequilibrio que ha creado la enfermedad. Es
una técnica completamente inocua y es un complemento ideal junto a
otras terapias naturales y médicas, pues favorece los efectos de los
fármacos y reduce sus efectos secundarios. No son pocos los hospitales
de todo el mundo que han comenzado a aplicar esta terapia entre sus
pacientes, especialmente en las unidades ontológicas, pues los resultado
en el tratamiento contra el cáncer son notables, ya que al combinar la
quimioterapia y radio con el reiki, los efectos nocivos de tales
terapias se reducen, los pacientes elevan sus defensas, los dolores
disminuyen, se reduce en multitud de casos el tamaño de los tumores, la
recuperación es más rápida, se siente mucho más animados, serenos y
relajados.
El
Reiki, no es un sustituto de la medicina tradicional ni está en
contraposición a ella, pero la combinación de ambas supone una
transformación en la manera de sobrellevar la enfermedad en tales
pacientes, pues les reequilibrará desde el plano físico al energético a
largo, corto y medio plazo aportándoles fortaleza y conciencia sobre los
factores y formas vitales que han contribuido al desarrollo del cáncer,
y así evitar futuras reproducciones del mismo.
Pero no
debemos de olvidarnos, que está en nuestras manos buscar un estilo de
vida armónico con los ciclos de la naturaleza, disminuyendo de esa
manera nuestros niveles de estrés y proporcionándonos un pensamiento más
positivo. La mayor fuente de salud, se encuentra en la actitud
optimista que tengamos frente a la vida, por lo que a menudo, un
sencillo cambio de hábitos como realizar deporte, alimentarnos
equilibradamente, yoga, meditar y porqué no, recibir reiki o incluso
aprender esta sencilla terapia… producen en nuestra salud unos cambios
extraordinarios y favorece la sanación sin recurrir necesariamente a los
fármacos.
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