viernes, 18 de julio de 2014
Reiki. Un aliado en la lucha contra el cáncer
Publicado en D`Latinos Magazine, octubre 2011
Por María Silvestre Marco (Atmananda Devi Kaur)
Maestra Reiki Usui Shiki Ryôhô
Profesora de Yoga Integral, Naad Yoga y meditación
La salud del Ser Humano depende de un frágil equilibrio de las diferentes estructuras que lo conforman, es decir, del sistema físico (musculo-esquelético, cardio-circulatorio, respiratorio, nervioso, etc.) y el psicológico o mental. Pero también existe un sistema sutil, de carácter energético o áurico, no orgánico, del cual las tradiciones orientales han dado enorme importancia y estudio a la hora de entender las causas profundas de las enfermedades así como el tratamiento de las mismas, trabajando holística e integralmente la salud.
En el mundo actual, la medicina ha alcanzado grandes logros que en el pasado jamás se hubiesen podido siquiera imaginar, sobre todo en el área de la cirugía y en la farmacología: transplantes de órganos, curación de enfermedades que hasta hace apenas unas décadas eran mortales como el cáncer, vacunas y erradicación de ciertas enfermedades, mejora de la calidad de vida de los pacientes y también avances en el ámbito de la psicología y la psiquiatría. Sin embargo, si la medicina ha alcanzado tales logros ¿cómo es que sigue existiendo la enfermedad? Los hospitales del mundo siguen estando llenos y se han incrementado los casos de ciertas enfermedades que según los expertos parecen estar ligadas al estilo de vida actual, como la depresión, las alergias y especialmente el cáncer, que cada vez lo padecen personas más jóvenes.
La vejez es propia de todo ser vivo, es un hecho inevitable y connatural. No así la enfermedad. Hipócrates (c. 460 a. C.) enseñaba que la enfermedad es un «desorden de la justeza del cosmos», pues si entendemos que cada uno de nosotros forma parte de un Todo en equilibrio, cuando una de las partes comienza a fallar, se desencadena una desarmonía progresiva en el resto dando lugar a la enfermedad. ¿Pero cómo comienza a producirse ese «desorden»? Todos los desequilibrios que se producen en nuestro sistema físico: órganos enfermos, lesiones óseas, trastornos mentales… tienen su reflejo directo en un desequilibrio del cuerpo sutil energético. Por naturaleza, el ser humano está dotado de mecanismos de defensa y de regeneración para recuperarnos de tales desequilibrios que se producen en cuerpo y mente y volver a crear una armonía.
A lo largo de la historia han habido grandes sanadores de cuerpo y alma como Buda o Jesucristo. En la búsqueda por conocer los secretos de la sanación, el japonés Mikao Usui (finales del s. XIX, principios del XX) redescubrió la sanación energética a través de las manos, que hoy conocemos como Reiki. Esta técnica de sanación natural no utiliza medicinas, sino que se sirve de las manos del terapeuta que al colocarlas sobre zonas concretas del cuerpo del paciente, canaliza la Energía Vital Universal, de la que estamos constituidos todos los seres, armonizando y sanando al paciente. El Reiki ayuda a sanar a nivel físico, mental, energético y espiritual, de manera que se tratan en profundidad las causas del desequilibrio que ha creado la enfermedad. Es una técnica completamente inocua y es un complemento ideal junto a otras terapias naturales y médicas, pues favorece los efectos de los fármacos y reduce sus efectos secundarios. No son pocos los hospitales de todo el mundo que han comenzado a aplicar esta terapia entre sus pacientes, especialmente en las unidades ontológicas, pues los resultado en el tratamiento contra el cáncer son notables, ya que al combinar la quimioterapia y radio con el reiki, los efectos nocivos de tales terapias se reducen, los pacientes elevan sus defensas, los dolores disminuyen, se reduce en multitud de casos el tamaño de los tumores, la recuperación es más rápida, se siente mucho más animados, serenos y relajados.
El Reiki, no es un sustituto de la medicina tradicional ni está en contraposición a ella, pero la combinación de ambas supone una transformación en la manera de sobrellevar la enfermedad en tales pacientes, pues les reequilibrará desde el plano físico al energético a largo, corto y medio plazo aportándoles fortaleza y conciencia sobre los factores y formas vitales que han contribuido al desarrollo del cáncer, y así evitar futuras reproducciones del mismo.
Pero no debemos de olvidarnos, que está en nuestras manos buscar un estilo de vida armónico con los ciclos de la naturaleza, disminuyendo de esa manera nuestros niveles de estrés y proporcionándonos un pensamiento más positivo. La mayor fuente de salud, se encuentra en la actitud optimista que tengamos frente a la vida, por lo que a menudo, un sencillo cambio de hábitos como realizar deporte, alimentarnos equilibradamente, yoga, meditar y porqué no, recibir reiki o incluso aprender esta sencilla terapia… producen en nuestra salud unos cambios extraordinarios y favorece la sanación sin recurrir necesariamente a los fármacos.
lunes, 14 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
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Yoga/Meditación/Coaching del Ser/Reiki/Terapia Psicológica
viernes, 18 de julio de 2014
Reiki. Un aliado en la lucha contra el cáncer
Publicado en D`Latinos Magazine, octubre 2011
Por María Silvestre Marco (Atmananda Devi Kaur)
Maestra Reiki Usui Shiki Ryôhô
Profesora de Yoga Integral, Naad Yoga y meditación
La salud del Ser Humano depende de un frágil equilibrio de las diferentes estructuras que lo conforman, es decir, del sistema físico (musculo-esquelético, cardio-circulatorio, respiratorio, nervioso, etc.) y el psicológico o mental. Pero también existe un sistema sutil, de carácter energético o áurico, no orgánico, del cual las tradiciones orientales han dado enorme importancia y estudio a la hora de entender las causas profundas de las enfermedades así como el tratamiento de las mismas, trabajando holística e integralmente la salud.
En el mundo actual, la medicina ha alcanzado grandes logros que en el pasado jamás se hubiesen podido siquiera imaginar, sobre todo en el área de la cirugía y en la farmacología: transplantes de órganos, curación de enfermedades que hasta hace apenas unas décadas eran mortales como el cáncer, vacunas y erradicación de ciertas enfermedades, mejora de la calidad de vida de los pacientes y también avances en el ámbito de la psicología y la psiquiatría. Sin embargo, si la medicina ha alcanzado tales logros ¿cómo es que sigue existiendo la enfermedad? Los hospitales del mundo siguen estando llenos y se han incrementado los casos de ciertas enfermedades que según los expertos parecen estar ligadas al estilo de vida actual, como la depresión, las alergias y especialmente el cáncer, que cada vez lo padecen personas más jóvenes.
La vejez es propia de todo ser vivo, es un hecho inevitable y connatural. No así la enfermedad. Hipócrates (c. 460 a. C.) enseñaba que la enfermedad es un «desorden de la justeza del cosmos», pues si entendemos que cada uno de nosotros forma parte de un Todo en equilibrio, cuando una de las partes comienza a fallar, se desencadena una desarmonía progresiva en el resto dando lugar a la enfermedad. ¿Pero cómo comienza a producirse ese «desorden»? Todos los desequilibrios que se producen en nuestro sistema físico: órganos enfermos, lesiones óseas, trastornos mentales… tienen su reflejo directo en un desequilibrio del cuerpo sutil energético. Por naturaleza, el ser humano está dotado de mecanismos de defensa y de regeneración para recuperarnos de tales desequilibrios que se producen en cuerpo y mente y volver a crear una armonía.
A lo largo de la historia han habido grandes sanadores de cuerpo y alma como Buda o Jesucristo. En la búsqueda por conocer los secretos de la sanación, el japonés Mikao Usui (finales del s. XIX, principios del XX) redescubrió la sanación energética a través de las manos, que hoy conocemos como Reiki. Esta técnica de sanación natural no utiliza medicinas, sino que se sirve de las manos del terapeuta que al colocarlas sobre zonas concretas del cuerpo del paciente, canaliza la Energía Vital Universal, de la que estamos constituidos todos los seres, armonizando y sanando al paciente. El Reiki ayuda a sanar a nivel físico, mental, energético y espiritual, de manera que se tratan en profundidad las causas del desequilibrio que ha creado la enfermedad. Es una técnica completamente inocua y es un complemento ideal junto a otras terapias naturales y médicas, pues favorece los efectos de los fármacos y reduce sus efectos secundarios. No son pocos los hospitales de todo el mundo que han comenzado a aplicar esta terapia entre sus pacientes, especialmente en las unidades ontológicas, pues los resultado en el tratamiento contra el cáncer son notables, ya que al combinar la quimioterapia y radio con el reiki, los efectos nocivos de tales terapias se reducen, los pacientes elevan sus defensas, los dolores disminuyen, se reduce en multitud de casos el tamaño de los tumores, la recuperación es más rápida, se siente mucho más animados, serenos y relajados.
El Reiki, no es un sustituto de la medicina tradicional ni está en contraposición a ella, pero la combinación de ambas supone una transformación en la manera de sobrellevar la enfermedad en tales pacientes, pues les reequilibrará desde el plano físico al energético a largo, corto y medio plazo aportándoles fortaleza y conciencia sobre los factores y formas vitales que han contribuido al desarrollo del cáncer, y así evitar futuras reproducciones del mismo.
Pero no debemos de olvidarnos, que está en nuestras manos buscar un estilo de vida armónico con los ciclos de la naturaleza, disminuyendo de esa manera nuestros niveles de estrés y proporcionándonos un pensamiento más positivo. La mayor fuente de salud, se encuentra en la actitud optimista que tengamos frente a la vida, por lo que a menudo, un sencillo cambio de hábitos como realizar deporte, alimentarnos equilibradamente, yoga, meditar y porqué no, recibir reiki o incluso aprender esta sencilla terapia… producen en nuestra salud unos cambios extraordinarios y favorece la sanación sin recurrir necesariamente a los fármacos.
lunes, 14 de julio de 2014
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