domingo, 22 de septiembre de 2013

LA MENTE


LA MENTE

La mente es un arroyo que permanece en continuo movimiento. Lo ideal es que éste sea cristalino, pero cuando los pensamientos aumentan y la respiración disminuye, la mente se vuelve turbia, densa, como si numerosos caballos atravesaran el arroyo con sus pesadas patas y fuertes cascos, levantando el fango y tornando el agua oscura, revuelta. Se dificulta mirar a través de ella, saber que hay más allá. Entre más movimiento tenga la mente –léase pensamiento– más turbia se vuelve.

Si permitimos al agua calmarse, aquietarse, esta nuevamente se tornará clara, cristalina. Así de sencillo.

Para empezar a poner en práctica lo anterior, te invito a llevar a cabo una prueba, luego tú decides si sirve o no. Simplemente se trata de experimentar… Toma cinco minutos para ti, pretendemos encontrar o recuperar la tranquilidad a través de los ejercicios de respiración, es decir vamos a hacer pranayamas.
 
 
1.   Busca un lugar adecuado, tranquilo donde estés sol@ y puedes sentarte o acostarte. Si elegiste la primera opción, pon tu espalda recta, hombros atrás y abajo, cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, para permitir que la espina dorsal se alargue aún más; si elegiste la segunda opción, procura acostarte sobre algo firme y no usar almohada. Puedes usar música relajante, aromas como incienso, velas. Organiza el espacio apropiado para ti, en el que te sientas comod@.

2.   Cierra los ojos y la boca, respira lenta y profundamente por la nariz, no hay ninguna prisa, no hay ningún afán. Una vez hayas inhalado cuanto sea posible, retines el aire varios segundos, también lo que más puedas, luego exhalas despacio, calmadamente por la nariz. Una vez hayas exhalado totalmente, te quedas unos segundos sin aire, sin inhalar. Ese es un ciclo de respiración, que consta de cuatro tiempos, inhalar – retener – exhalar – retener. Cuando termines el primer ciclo, inicias otro ciclo completo de respiración.

3.   Cuenta cuantos segundos te demoras en cada inhalación, retención y exhalación. En el siguiente ciclo, procura aumentar esos tiempos, que se alarguen más.

4.   SI logras hacer tres ciclos ininterrumpidos, TE FELICITO!!! Haz traído a tu SER, oxigeno, vida, claridad mental, sabiduría, paz y tranquilidad.
                                            
NAMASTE, Shakti.

Yoga/Meditación/Coaching del Ser/Reiki/Terapia Psicológica

domingo, 22 de septiembre de 2013

LA MENTE


LA MENTE

La mente es un arroyo que permanece en continuo movimiento. Lo ideal es que éste sea cristalino, pero cuando los pensamientos aumentan y la respiración disminuye, la mente se vuelve turbia, densa, como si numerosos caballos atravesaran el arroyo con sus pesadas patas y fuertes cascos, levantando el fango y tornando el agua oscura, revuelta. Se dificulta mirar a través de ella, saber que hay más allá. Entre más movimiento tenga la mente –léase pensamiento– más turbia se vuelve.

Si permitimos al agua calmarse, aquietarse, esta nuevamente se tornará clara, cristalina. Así de sencillo.

Para empezar a poner en práctica lo anterior, te invito a llevar a cabo una prueba, luego tú decides si sirve o no. Simplemente se trata de experimentar… Toma cinco minutos para ti, pretendemos encontrar o recuperar la tranquilidad a través de los ejercicios de respiración, es decir vamos a hacer pranayamas.
 
 
1.   Busca un lugar adecuado, tranquilo donde estés sol@ y puedes sentarte o acostarte. Si elegiste la primera opción, pon tu espalda recta, hombros atrás y abajo, cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, para permitir que la espina dorsal se alargue aún más; si elegiste la segunda opción, procura acostarte sobre algo firme y no usar almohada. Puedes usar música relajante, aromas como incienso, velas. Organiza el espacio apropiado para ti, en el que te sientas comod@.

2.   Cierra los ojos y la boca, respira lenta y profundamente por la nariz, no hay ninguna prisa, no hay ningún afán. Una vez hayas inhalado cuanto sea posible, retines el aire varios segundos, también lo que más puedas, luego exhalas despacio, calmadamente por la nariz. Una vez hayas exhalado totalmente, te quedas unos segundos sin aire, sin inhalar. Ese es un ciclo de respiración, que consta de cuatro tiempos, inhalar – retener – exhalar – retener. Cuando termines el primer ciclo, inicias otro ciclo completo de respiración.

3.   Cuenta cuantos segundos te demoras en cada inhalación, retención y exhalación. En el siguiente ciclo, procura aumentar esos tiempos, que se alarguen más.

4.   SI logras hacer tres ciclos ininterrumpidos, TE FELICITO!!! Haz traído a tu SER, oxigeno, vida, claridad mental, sabiduría, paz y tranquilidad.
                                            
NAMASTE, Shakti.